Así me fue: London 02 – Hop on Hop off Bus

12/08/2014 de Mariana Alviso 1 comentario

Por más que se niegue, cuando uno viaja tiene que hacer al menos una de esas cosas ridículamente turísticas pero prácticas como el Hop on Hop off Bus (29 libras). Este autobús nos permite recorrer la ciudad con diferentes circuitos y bajar en los puntos que más nos interesen como museos, monumentos y más. Por supuesto, en Londres las opciones son muchas y entre ellas yo elegí «The Original Tour«.

Recién llegada a la capital inglesa se me ocurrió que al ser un autobús de atracciones lo más lógico era ir a la más cercana para comenzar el camino. Así, comencé a caminar junto a mi muy paciente madre hasta Tower Bridge. Claro…en Tower Bridge los buses no se pueden parar pero es cómo iba yo a saberlo. Por aquello de «la suerte no abandona a las criaturas inútiles» vimos una fila de buses turísticos a lo lejos en London Bridge y tras emprender el camino y seguirlo de manera stalker por tres cuadras logramos alcanzarlo.

El primer «guía» nos hizo pensar que esto era una triste perdida de dinero y que todos mis años de aprender inglés, ver Doctor Who, Miranda, Monty Python y demás programas de la BBC habían sido en vano: No entendía nada. Después de unas cuantas paradas bajamos del transporte del aburrimiento para dirigirnos a Westminster Abbey.

La abadía de Westminster es otra de esas cosas que uno quiere visitar cuando va a Londres. Pero a diferencia de los museos, este lugar religioso sí cobra la entrada y bastante caro aunque eso no detiene las filas que se hacen para entrar. Por 18 libras esterlinas puedes ver el lugar en donde se han casado varios miembros de la Realeza de Reino Unido, yo en cambio preferí no hacerlo y admirarla desde afuera. Media hora en el lugar y había que continuar el recorrido en el famoso «camioncito».

Creo que si usted es lector del blog no le va a sorprender que le diga que no lo encontré de regreso. Simplemente parecía desaparecer en la distancia y no llegar al punto en el que nos dejó.Eventualmente encontré el punto correcto y como ya es costumbre tuve que poner en práctica mi excelente condición física y alcanzarlo para casi morir del cansancio a bordo.

El recorrido continúo esta vez con un guía que ahora sí describía la ciudad y hasta hacía chistes bastante amenos… considerando aquello de que a mi me gusta el humor inglés por supuesto. Unas cuantas vueltas más por Downey Street, Picadilly Circus, Trafalgar Square con la National Gallery de fondo y llegamos al British Museum. Ese museo, que para alguien como yo con trescientas carreras frustradas entre las que se encuentra arqueología, es magnífico. Pero como es tan maravilloso se merece su propio post y no un párrafo simplón.

En fin, después del British Museum regresamos al Hop on Hop off Bus con la intención de recorrer la otra parte de la ciudad y más tarde abordar aquella ruta de la zona de museos que nos dejaba cerca del hotel. El Buckingham Palace, The Monument, Sant Pauls, de nuevo Picadilly Circus y dos horas más tarde descubrimos que habría que tomar el metro porque la otra ruta terminaba a las 17:30. Una vez más: eso me pasa por no checar.

Todos estos recorridos en el camioncillo, descritos de manera bastante simple, en realidad son así. Uno va en un bus tratando de hacer fotos con contorsiones. Algunas quedan bien, otras parecen muestra artística de blancos y negros ante mis constantes fallos y angustias con el exposímetro de la cámara. Pero al final, este transporte tan simplón permite descansar un poco las piernas y conocer todo aquello turístico de pasada con énfasis para enfocarnos a lo que nos interesa. Bastante recomendable siempre y cuando no les toque con aquel «guía del aburrimiento».